Los pequeños cambios también hacen grandes transformaciones

Los pequeños cambios también hacen grandes transformaciones

La mayoría de las personas buscamos las soluciones a nuestros problemas repitiendo las mismas conductas que los provocan. Y como sabrás, no es muy probable obtener diferentes resultados haciendo las mismas cosas, pero si es muy posible esperar una transformación, haciendo pequeños cambios.

Cambiar es para muchos un reto. Estamos acostumbrados a hacer, pensar y creer cosas que consideramos ciertas y por lo tanto que están bien, por ello nos resistimos a hacer cambios, aunque no estemos teniendo buenos resultados.

La resistencia al cambio puede tener muchas razones, una de las causas de la resistencia al cambio pueden ser las tradiciones en la familia -¡todos hemos hecho esto por generaciones!-, o por hábito, somos seres que nos habituamos a hacer cosas de determinada manera, cosas que anteriormente nos habían resultado bien, pero ya no, también el hecho de no saberlo hacer de otra manera, por desconfianza de lo nuevo o por miedo.   En éste artículo descubrirás que a veces los cambios aunque pequeños, logran transformar situaciones por las que estamos atravesando, situaciones que ya no nos gustan o que queremos cambiar, y que todo cambio genera un movimiento en la dinámica, sea ésta, familiar, laboral, relacional o parental.

Estando en un sesión de terapia, una madre me comentaba de lo difícil que resultaba  compartir y comunicarse dentro de la familia por los horarios de trabajo y escuela, por la agenda tan distinta de cada uno, y quería hacer algo para volver a comunicarse entre ellos, sentía que estaban distanciandose mucho. Preguntando, encontré que tenían un momento en particular para estar todos juntos en familia y era en la hora de la comida. Sólo que había un problema no detectado, ¡un televisor! Comían todos viendo la televisión y prácticamente –me comentaba la madre ”era de mala educación hablar”, mientras otros miraban la tele.

La sugerencia fue quitar el televisor de la cocina donde comían, y procurar entablar algunas conversaciones en ese momento. Recuerdo que al imaginarlo, a la mamá le resultó muy extraño. ¿De qué hablaremos? preguntó. Y le comenté: De lo que salga; incluso del silencio o de lo difícil de comer sin televisor, de las caras que hacen porque no saben de que hablar, de la intención de hacer de este momento, un momento para compartir, de lo nerviosos que están, de darse cuenta que no platican desde hace mucho tiempo, de cualquier cosa que surja; “lo importante es hacer el espacio, y dejar que se llene de ustedes”.  Sólo quiero mencionar aquí, que en ésta solución hay una clave: Ella – la mamá- quería hacer algo al respecto, quería lograr un cambio en su familia, quería solucionar su falta de comunicación. Querer es la clave para todo cambio.

El resultado fue el esperado, el primer día fue incómodo, mirándose las caras sin saber que decir,  incluso riéndose de ellos, porque nadie sabía que hacer. Al segundo día sabían que tenían que comer sin televisión y los niños se lamentaron de no ver su programa, pero mantuvieron la propuesta, nadie sabía cómo hacerlo, sólo sabían que ahora comían juntos y había un espacio para ellos.


A la semana de revisión, la mamá llego feliz y me relató lo incomodo de empezar, lo difícil  que le resultó explicar que quitar la televisión era para poder platicar entre ellos y conectarse de nuevo. Pero que el cambio fue rápido y bien recibido. Ahora se sentían en familia todos, se sentían importantes juntos, todos estaban haciendo un pequeño cambio, que cambió grandemente su hora de comida. Estaban muy felices y ella sorprendida de lo fácil que había sido, nunca se imagino, que quitar un televisor de la cocina, generaría un gran cambio en la familia y daría paso a una comunicación necesaria y querida por todos. ¡Un pequeño cambio hizo una gran transformación!

Decía Sócrates:

“El secreto del cambio es enfocar toda tu energía, no en la lucha contra lo viejo, sino en la construcción de lo nuevo”


La construcción de nuevo en éste caso fue, quitar el televisor y también una actitud de participación familiar. A veces cuando pensamos en cambios, pensamos casi por lo general en comenzar de nuevo, en tener que transformarlo todo, en grandes movimientos que requieren mucha de nuestra voluntad. La propuesta es, enfocar nuestra energía en nuevos pequeños cambios que nos permitan tener grandes resultados. Yo los llamo pasitos de bebé, los pequeños cambios, porque son más fáciles de lograr, te dan la oportunidad de tener logros y reforzar con ello tu autoestima. Por ejemplo: no es lo mismo proponerte bajar cada semana 300 gramos que un kilo (1000 gramos). En un mes de reducir 300 gr. a tu peso, logras 1 kilo y 200 gramos. No es mucho, pero es algo, es fácil y lo mentalizas como algo muy posible de lograr. Los pasitos pequeños también cuentan y te hacen lograr tus objetivos con más posibilidades, te hacen tener el control de los cambios en tus manos. También, ayuda el establecimiento de nuevos hábitos, sencillos pero constantes.

Sé que hay situaciones que nos obligan a hacer grandes cambios, y es ahí donde se aplica la frase de Viktor Frankl:

“Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos enfrentamos al  desafío de cambiarnos a nosotros mismos”


Pequeñas estrategias para grandes resultados


  • ¿Quieres adquirir un hábito de cuidado?

    Estrategia: Tomar un litro más de agua al día. Hacer 15 min. de ejercicio

  • ¿Quieres incrementar tu productividad?

    Estrategia: despierta 30 min. antes, para organizarte más, haz una lista de pequeños cambios y realízalos

  • ¿ Quieres comer más sano?

    Estrategia: Quita de tu dieta algo que no sea bueno para ti, agrega algo a tu dieta que sea bueno para ti.

  • ¿Quieres ser más ordenada?

    Estrategia: Empieza ordenando un cajón y mantenlo así. Continua ordenando otro pequeño espacio.

  • ¿Quieres alimentar tu autoestima?

    Estrategia: Cambia tu corte de cabello, Tírate besos cuando te mires al espejo. Dedícate un tiempo a la semana a hacer algo que particularmente te gusta.

  • ¿Quieres socializar un poco más?

    Estrategia: Visita a una amiga en la semana. Abraza un poco más a tus seres queridos. Escribe una carta al mes a alguien que extrañes.

Conocerte te permite saber qué necesitas cambiar, y como leíste, no es necesario hacer grandes cambios, empieza por lo más fácil para poder desarrollar tu sentido de logro. Tener aciertos te ayuda a reforzar tus esfuerzos y cuando logres tu pequeño cambio, sigues con el segundo. Tente paciencia y ponte a accionar, ya verás cómo te descubres cambiando y queriendo hacer más por ti y para ti. Recuerda, que nunca es tarde para empezar tus cambios al interior. Si quieres unos tips para afrontar la resistencia al cambio, Juan Armando Corbin nos comparte 10 claves para superar la resistencia en su artículo para Psicología y Mente.

Me encantaría tener tus comentarios y saber que te pareció éste artículo. Si te gusto ¡compártelo! te lo agradeceré mucho.

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Martha Verdugo

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